Mónica Melgarejo | 22 de julio de 2010
Carolina Lemus Angarita atendió a la prensa en el Hotel Casa Blanca. (Foto Reicarmyr Cañizales/La Opinión)
Carolina Lemus Angarita, Miss América Latina del Mundo, denunció la forma en que se manipulan los reinados.
Las cosas, asegura, van inclusive a esferas de Miss Universo en donde las coyunturas políticas pueden más que la belleza de las candidatas.
Según la reina, sigue imponiéndose el narcotráfico, el apadrinamiento y las recomendaciones que deben concretarse, muy a pesar del detrimento que se les genere a las niñas que participan.
Una motilona con la corona bien puesta habló de los concursos de belleza y los intereses que se mueven tras los sueños de jóvenes que anhelan la pasarela, pero que se encuentran con la peor pesadilla, competir con la mafia.
La felicidad hoy la embarga al regresar a su tierra ostentando el título de Miss América Latina del Mundo que por primera vez en 30 años fue esquivo para Colombia.
La joven tibuyana vivió la experiencia más linda de su vida marcando la pauta en República Dominicana, demostrando que el país es algo más que violencia. Trajo una maleta cargada de anécdotas y los buenos recuerdos del concurso que gozó y tuvo excelentes resultados.
Se considera una enamorada de la vida y de los sueños que apoyó Zully Niño, la voz que le abrió la puerta; lucha por la mujer víctima de la violencia, desplazada y de pocas oportunidades.
“Fuí destituida”
Uno de los temas que abordó sin ningún temor fue la situación del concurso departamental. Catalogó el evento como desorganizado, polémico y de competencia desleal. “Norte de Santander no tiene una mentalidad sana para desarrollar un certamen de belleza, siempre es un dilema quién va a ganar y se anticipan a dar un veredicto”, dijo Lemus Angarita.
Las declaraciones de la soberana ponen en entredicho el manejo que se da al concurso que cada año congrega jovencitas que sueñan con el título y la corona. El análisis de la soberana propende por un ‘no’ rotundo a la participación de Norte de Santander en Cartagena coincidiendo con el ojo clínico de reconocidos diseñadores y preparadores de reinas que expresan la vergüenza y el escándalo al que llega una candidata para figurar en “La Heroica” sin tener en cuenta la formación espiritual y sicológica. “El concepto de belleza física que hoy manejan quienes participan en este tipo de concursos perjudica el autoestima y los valores definiendo que sólo es importante verse bien ante las cámaras”.
Con las jugarretas, dice la reina, le hicieron daño cuando fue elegida Señorita Norte en 2005. Fue destituida por los corrillos mentirosos y mal intencionados que cayeron sobre ella para hacerla declinar como reina de los nortesantandereanos “no tenía un padrino que pagara mi corona y defendiera mi título de las comitivas que me acosaban y me insultaban por ser de Tibú”.
Mal elemento
En su opinión, “Edoardo Maldonado manipula la organización del reinado departamental además de presionar a las candidatas para que figuren así no cuenten con las capacidades que son evidentes cuando se presentan en Cartagena, aparte de ser un mal elemento que maneja el certamen a su antojo”.
“Él siempre quiere que sus niñas sean las únicas que ganen los eventos a nivel departamental, pero si no cuentan con las capacidades físicas ni intelectuales no debería presionarlas”.
Agregó que desde las agencias se manejan intereses económicos que al fin y al cabo no benefician a la candidata y mucho menos al departamento.
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