- La jabalinista y modelo paraguaya Leryn Franco enamora a Djokovic y revoluciona Internet, aunque en el 'Nido' no pasó del penúltimo puesto
No es una historia nueva: la belleza es rentable en el deporte, atrae atención y vende. Después, los resultados, si acompañan, mejoran el producto, pero sin ellos se sale adelante. De la primera categoría, de las campeonas o campeones que aprendieron a sacar partido de su imagen, hay ejemplos conocidos en todo el mundo: Maria Sharapova o Amanda Beard, ex campeona olímpica de 200 braza, que el año pasado se desnudó para Playboy. Incluso David Beckham, aunque su fotogenia haya ido siempre por delante de su talento con el balón, que lo tiene. De la otra categoría, la que antepone la belleza a los resultados, el paradigma es Anna Kournikova, ya retirada de todo lo que no sea una exhibición aquí y otra allá. A la rusa le ha salido una competidora latina, la 'Miss' de Pekín 2008: Leryn Franco.
Leryn tiene 26 años y es de Paraguay, un país que pasa de puntillas por los Juegos. También ella lo ha hecho, al menos deportivamente. Ayer acabó en el puesto 51 de 52 competidoras en la calificación de jabalina. Tiró el dardo a 45,34 metros, diez metros menos de lo que dicen los libros estadísticos que ha llegado a hacer en una pista. La representante española, Mercedes Chilla, le sacó 16 metros y se metió en la final. La mejor de la ronda, Barbara Spotakova, le sacó 22 metros. Deportivamente no merecería ni un breve en la prensa más allá de su país. Pero Leryn, que ya estuvo en Atenas 2004, se lleva todas las fotos porque su belleza llama la atención por donde pasa.
En la ceremonia de apertura, los fotógrafos enloquecieron a su paso, y las agencias la retrataron aunque apenas se sabía nada de ella. Detrás de su melena morena y un rostro perfecto, 1,75 metros de estatura, 54 kilos y proporciones perfectas. Materia prima para el modelaje, una profesión que ha permitido a Franco ganarse la vida y mantener su carrera de jabalinista hasta hoy. Acabó segunda en el concurso de elección de Miss Paraguay y compitió en otro certamen de belleza, éste mundial y de nombre sugerente: Miss Bikini Universo.
"Ser modelo me permite seguir con mi deporte. Los horarios son flexibles, gano dinero y mantengo mi otra carrera", dice ella mientras revoluciona Internet, que ya recoge 40.000 sitios con fotos de la atleta en bikini o en poses sexy. La revista Sports Illustrated la incluyó en un reportaje sobre el rendimiento de la belleza en el deporte, que concluye que la excelencia deportiva no es, en esta ecuación, lo más importante para obtener rendimiento publicitario.
De la mano con Djokovic
En la Villa de atletas de Pekín se la ha visto paseando, cogidos de la mano, con el tenista serbio Nole Djokovic, bronce olímpico. Ha acudido a todos sus partidos, le consoló cuando cayó eliminado ante Nadal y se sentaba siempre con la delegación serbia. Incluso la ha tratado el fisioterapeuta de 'Nole'. ¿Romance? Eso parece, aunque también ha hecho buenas migas con algunos deportistas españoles. Ahora ya está eliminada, pero seguirá siendo un imán para los fotógrafos
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