Por Zoraida Noriega C.
Enviada especial
Las Vegas, Nevada.
Las 83 candidatas que se disputan el título Miss Universo en la edición 59 del certamen que se realiza aquí ya han hecho de todo un poco, pese a que este año el certamen no ha sido tan largo.
La agenda, como nunca antes, ha sido apretadísima; y eso, sin contar los rigurosos ensayos a que diariamente tienen que someterse para el montaje de las distintas coreografías que mostrarán en la noche de elección y coronación, el 23 de agosto.
Las prácticas se están llevando a cabo en el South Convention Center, adjunto al Hotel Mandalay, un monumental resort que cuenta con 30 restaurantes, casi igual número de tiendas y casinos, etc. Para un mejor desplazamiento, porque cualquiera se pierde, tanto a los huéspedes como visitantes se les entrega un mapa del hotel.
El lunes se realizó la competencia de trajes nacionales. Fue uno de los momentos más esperados del certamen de Miss Universo. El nombre de la ganadora se dará a conocer en la noche final del torneo.
Hubo plumas, brillo y sobre todo mucho estilo por parte de las delegadas. Aunque el atuendo de Natalia Navarro, la reina colombiana, no fue el más pomposo, sí fue muy significativo, lo supo mostrar, y por la forma como lo desfiló se llevó buenos aplausos.
El domingo, las delegadas asistieron a la tradicional subasta en la que son vendidos los regalos representativos que llevan las concursantes a fin de tener recaudos para el Instituto de Cáncer de Nevada. La puertorriqueña, por ejemplo, llevó un tallado en relieve de madera que hizo un destacado artista boricua, mientras que los que entregaron las candidatas de Filipinas, Venus Raj, y de Panamá, Anyoli Abrego, fueron los que más llamaron la atención.
La primera logró vender un guante de boxeo autografiado por el campeón de ese país asiático Manny Pacquiao por $US450, y la segunda, que había obsequiado uno de los guantes que utilizó el panameño Roberto Mano de Piedra Durán, también obtuvo buen precio. Otra que eligió un artículo deportivo para la subasta fue la representante de Bélgica (Cilou Annys), quien llevó una bola gigante de tenis firmada por la campeona belga Kim Clijsters.
La reina de Paraguay, por su parte, optó por un arpa, la cual interpretó, mientras que Miss Irlanda (Rozanna Purcell) llevó unos candelabros de Galway Crystals.
Las candidatas también asistieron a una Cena con célebres chef, también realizado en el hotel Mandalay, donde se hospedan. Algunas de ellas fueron invitadas a preparar uno de los platos de su país. Una de ellas fue Miss Perú, Giuliana Zevallos, quien hizo gala de sus habilidades gastronómicas preparando el famoso ceviche peruano, al que le incluyó un coctel de frutas.
Y aunque no todas las concursantes se prestaron para que sus cuerpos sirvieran de lienzos para ser pintados por una famosa artista para una sesión fotográfica autorizada por la organización del concurso, la foto en la que aparece Miss Trinidad mostrando buena parte de sus encantos, aún sigue dando de qué hablar.
El asunto es que cada quien busca la forma de sobresalir en el grupo para que su nombre quede registrado de cualquier manera en los medios de comunicación, y que el jurado, que aún no ha portado por el hotel, lo tenga en cuenta.
Mañana tendrá lugar el show de presentación de la gala para el público y la prensa acreditada. Las aspirantes realizarán el mismo desfile que la teleaudiencia verá el día de la elección de la sucesora de Stefanía Fernández.
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