30 janeiro 2007

Enfocada en su futuro Zuleyka



Especial para Escenario / Ramón Feliciano

Por: Yined Ramírez
Especial para ESCENARIO


A unos cuatro meses de entregar su corona de Miss Universe 2006, la agenda de Zuleyka Rivera sigue llena de compromisos en diversos países donde su presencia goza de gran demanda, ya sea para apariciones privadas, participar como invitada en otros certámenes o como parte de su campaña educativa sobre el VIH. La boricua recién se ha mudado de apartamento en la ciudad de Nueva York y en uno de esos escasos días “suaves” conversó con ESCENARIO sobre sus planes.

El futuro de la soberana comienza una vez entregue su corona y su determinación es prepararse para alcanzar su meta de ser actriz.

“Al entregar mi corona, cuando mi tiempo sea para mí y termine mi contrato con la organización, quisiera trabajar para mí. Tomar clases de actuación, de baile, de dicción y de proyección escénica. Todas las clases necesaria para poder mejorar”, informó vía telefónica.

La semana pasada Zuleyka estuvo en Miami como copresentadora del programa matutino de Telemundo, “Cada día con María Antonieta”, una experiencia que piensa la acerca más a su sueño.

“Nos reímos muchísimo. Aprendí mucho de María Antonieta (Collins). El programa me ayuda en la espontaneidad, a salir de aprietos con naturalidad ante las cámaras y a trabajar con un libreto. Mi sueño es la actuación, pero si se me ofrece la oportunidad de hacer un programa de televisión, me encantaría”.

¿Se te ha hecho fácil estar lejos de tu familia? ¿Piensas quedarte en Nueva York?

—No es fácil. Nadie quiere separarse de la familia, especialmente cuando se tiene una relación tan estrecha como la nuestra. Trato de mantenerme en comunicación siempre que estoy en los Estados Unidos, porque es más fácil. Llamar y dejarles saber cómo me siento, cómo me ha ido. Siempre he sido muy independiente, pero me da tristeza a veces cuando llego a mi casa y quisiera estar con mis hermanos y mis padres, ver sus caras y expresiones.

Tengo buena comunicación con mis padres y nos entendemos muy bien. Cada situación, no les llamo problemas, sino situaciones, la hablamos. Existe respeto mutuo; somos sinceros.

Por ahora me quedo en Nueva York. Esto es lo que quiero y de lo que depende mi futuro. Una sacrifica unas cosas para adquirir otras. Lo que estoy haciendo es para lograr otras cosas. Sé que en un futuro, luego que logre todo lo que quiero, me acomode a una rutina —ahora no tengo rutina, ningún día mío es igual— en algún momento dado nos reuniremos como hacíamos antes.

¿Cómo te han impactado tus viajes? ¿Cuáles tienes en agenda?

—Mis viajes han sido maravillosos, he podido conocer distintas personas y culturas. Personas que son un mundo aparte, con diferentes opiniones, y es muy satisfactorio llegar a entablar buena comunicación y que ambas partes se puedan entender. He visto otras cosas sobre la sociedad, vivencias, personas que necesitan ayuda. La pobreza extrema; no sospechaba que gente viviera así. ¡En India es tanta la pobreza! Para mí fue muy impresionante. Una quiere ayudar, pero sabe que es una tarea tan grande que entristece no poder hacer lo suficiente, aunque hemos hecho mucho con las orientaciones y campañas de prevención sobre el VIH. Ahora creo que voy a Sudáfrica, Canadá, Brasil y España. Me encantaría ir a Hawai, pero mejor me voy en mis vacaciones”.

¿Piensas que el concurso se celebre en la Isla?

—Todo depende del gobierno de Puerto Rico. Entiendo que la organización está muy interesada en llevar el concurso, pero aún no se decide nada.

Justas por pecadoras

Miss Universe 2006 se siente aliviada de no haber sido involucrada por asociación en el sonado escándalo de las actuales Miss USA y Miss Teen. El pasado diciembre, el presidente de las franquicias, Donald Trump, le dio una segunda oportunidad a Tara Conner, Miss USA 2006 después de que un alegado comportamiento de borracheras y noches alocadas pusieran su reinado en peligro. Hasta se llegó a decir que Conner, quien no contaba con la mayoría de edad para ir a las barras, ejercía mala influencia en Miss Teen, Katie Blair, y se la llevaba de parranda.

Afortunadamente, la soberana boricua no se vio implicada en el embarazoso suceso. Sin embargo, el resultado de este escándalo ha sido que mudaron a las tres reinas del apartamento en Trump Tower, donde siempre han residido las ganadoras desde que el magnate adquiriera las franquicias, y ahora tienen una chaperona viviendo con ellas. Esta situación no es del agrado total de la belleza salinense, sobre todo, porque siente que no necesita tanta supervisión.

“Creo que la mayoría de la razón de nuestra mudanza fue por la situación que ocurrió hace poco”, dijo a ESCENARIO ejerciendo gran diplomacia sin mencionar nombres o la naturaleza de la “situación”.

“Es un lugar más seguro, vivimos con una chaperona en el apartamento y nos queda más céntrico y cerca de la oficina de Miss Universe en Nueva York. Me gusta mucho, tenemos más cosas cerca como farmacia, tiendas y lugares de comida”.

¿Resientes que en cierta manera se te haya penalizado aunque no tuviste culpa?

—En realidad, sí. Hasta cierto punto una se siente mal porque estás pagando por algo que no hiciste. Pero desde el punto de vista de la organización, cuando se tiene jóvenes solas viviendo en un apartamento, es un poco difícil. Estas jóvenes no están con sus padres y ellos confían en la compañía. Entiendo y respeto la decisión desde ese punto, es su deber cuidarnos. Por otro lado, hay quienes somos más maduras. Mi mentalidad es que éste es mi trabajo, mis habichuelas como decimos en Puerto Rico, mi responsabilidad. Es lo que una acepta cuando se gana Miss Universo. Pero la privacidad es necesaria y vivir con alguien que trabaja para la compañía, bloquea. Es 24/7 y no es tan fácil.

No se trata de que Zuleyka ahora tiene un guardaespaldas que es su sombra. Aunque no ha podido explorar bien la ciudad, tiene sus momentos en los que pasea por la Gran Manzana. “El gimnasio queda al cruzar la calle y voy sola. Salgo a visitar a mi familia en Brooklyn sola y hago otras diligencias, pero sólo en mis días libres”.

Una de cal y otra de arena. La vida como Miss Universo tiene sus recompensas. Como parte de la mudanza, tuvo que determinar cuáles piezas de ropa y zapatos de promoción, tenía que devolver. Por supuesto, si alguno capta la atención de la chica de 19 años, la organización se lo compra. “Siempre y cuando no sea algo exagerado, como un vestido de $30 mil”, explica.

Algo que definitivamente echará de menos cuando ceda su trono es el equipo humano de Miss Universe.

“Tengo tanta gente ayudándome. Como tres asistentes, una estilista, una persona que lleva mi agenda… Voy a extrañar todo eso porque una se acostumbra fácilmente a ese tipo de vida. Mentalmente y emocionalmente estoy preparada para hacer las cosas por mí misma. Tramitar mis propios pasajes, manejar un auto, si se da el caso, buscar mi ropa. Pero definitivamente, tiene sus ventajas”, comentó a ESCENARIO Zuleyka algo ansiosa por el inminente cambio que experimentará cuando tenga que entregar la corona con la que tanto ha trabajado.


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