uleyka Jerris Rivera Mendoza tenía 4 años cuando ciñó su primera corona. Fue elegida Reina de Corazones de la guardería del Albergue Olímpico de Salinas, la ciudad en la que nació y creció la nueva Miss Universo. Ese fue el punto de partida de un destino cuya meta está en la actuación, pero que ha tenido incursiones en el modelaje, la presentación y, por supuesto, los concursos de belleza.
Una carrera bastante prolífica si se tiene en cuenta que sólo cuenta 18 años. Al recordar su niñez, Zuleyka reconoce que, aunque no le faltó nada -en especial el amor de sus padres y sus dos hermanos menores- viene de un hogar humilde, en el que todo se logra con sacrificios y mucha persistencia... como la suya a los 12 años cuando decidió convertir su esplendorosa belleza adolescente en muchos, pero muchos dólares. Una decisión que podría malinterpretarse, pero que ella defiende diciendo que "en la vida, uno no puede optar por los caminos fáciles, siempre muy cortos, pero ese no es mi estilo. Yo desde muy chica he sido objeto de admiración por mi porte de reina, elegancia, delicadeza y dulzura. ¿Entonces por qué no capitalizar esas ventajas sin salirme de los caminos de la decencia?". En el colegio público Perpetuo Socorro de Coquí en Salinas, donde cursó el preescolar y parte de la primaria, Zuleyka participó en cuanto certamen de declamación, oratoria, canto y
atletismo se le atravesara en el camino, ocupando siempre los primeros lugares. A los 11 años comenzó su carrera de modelo, apoyada por su padre, Jerry Rivera -no el salsero-, quien cada sábado la llevaba a clases en la escuela Manequin Model Studio con la profesora Linda Torres. De ahí en adelante descubrió el mundo de las pasarelas. A los 13 años 'Zuly' se inscribió en el concurso Miss Puerto Rico Teen y de nuevo fue virreina. En aquella ocasión no ganó la corona, pero los ojos de los diseñadores se posaron en ella y la comenzaron a solicitar para sus desfiles. Tenía claro que era diferente.
Sus metas estaban definidas. Es una competidora natural, y de ahí en adelante se fue preparando con las armas que la llevarían a su destino. "Voy a demostrar que he trabajado, que he estudiado mucho para lograr mis objetivos, conociendo mis partes fuertes así como mis debilidades.
"Más que un título, lo que me gané fue un gran contrato de trabajo en el que aprenderé los secretos del gran Donald Trump".
Tengo muchas cosas a mi favor: mi frescura, mi juventud, mi cuerpo tonificado, un cabello con el que estoy fascinada, mis facciones de muñeca y esa mezcla que tengo que me hace resaltar". Mientras continuaba sus estudios en la escuela pública Estela Márquez de Salinas, donde llegó a ser presidenta de cuarto año, decidió tomar un receso en sus estudios para participar en Miss Puerto Rico Universe, ya como toda una profesional en el negocio de los
concursos de belleza. Con su físico
atlético, facilidad de palabra y tipo exótico, logró coronarse como reina de los boricuas. El siguiente paso era la corona universal. Y se le convirtió en obsesión. Todos los días a las 6:00 a.m. estaba en el gimnasio para lograr un cuerpo de medidas perfectas, estudiaba las estrategias, se sometía a retos mentales, pero sobre todo a cambios físicos -ella niega todas sus notorias cirugías en la cara- y sostiene que en los concursos de belleza se especula por los cambios de las chicas; pero reiteró que los suyos se deben al maquillaje, e incluso al manejo del cabello y otros truquitos más
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