Una mujer mostrando un implante mamario en Caraca
CARACAS — Pechos grandes y silicona francesa: en Venezuela, donde el bisturí se usa sin reparos en misses, modelos, actrices y miles de mujeres anónimas, los implantes fabricados en Francia hacen furor y son un apetitoso negocio pese a la crisis.
Aumentar el tamaño de los senos es la operación de estética más practicada en Venezuela, donde la vanidad nunca fue pecado y la voluptuosidad y los buenos atributos femeninos levantan pasiones.
"Las prótesis mamarias son la columna vertebral del negocio de la estética en Venezuela y las francesas tienen una técnica especial que es casi un misterio: están prácticamente hechas a mano, no tienen costuras. Son las mejores del mercado", afirma Rosi Oyón, gerente de ventas de la corporacion Zuider, que representa en exclusividad a unos laboratorios franceses en Venezuela.
Se calcula que entre 75 y 80% de las más de 30.000 mamoplastias de aumento que se practican anualmente en Venezuela usan silicona francesa. Implantes estadounidenses, chinos o brasileños tienen por el momento menos aceptación en este país.
"Los franceses fueron pioneros en este sector y son los más estables. Cuentan con una cobertura mundial y con gran capacidad de distribución", corrobora Arturo Rojas, presidente del proveedor de implantes Quirutex de Venezuela.
"Es sin duda un buen negocio. Nos va bien, muy bien", afirman entre bastidores estos vendedores.
El precio de un par de implantes franceses ronda actualmente los 2.600 bolívares (unos USD 1.200 al tipo de cambio oficial) y el coste total de la operación sigue siendo más económico que en cualquier otra parte del mundo.
"Hay pacientes que vienen de Colombia, de Estados Unidos, de Ecuador, de las islas del Caribe. Es el turismo-bisturí: se operan y pasan unos días de vacaciones", afirma Oyón.
Para el cirujano plástico Daniel Slobodianik, que ha operado a varias reinas de belleza venezolanas y realiza prácticamente una mamoplastia de aumento diaria, el implante francés es el que recomienda de entrada a sus pacientes.
"Son los que más se venden y tienen muchos años en el mercado. Si me preguntan si prefiero los franceses o los estadounidenses respondo que los dos son autos Mercedes Benz sólo que el estadounidense es un modelo más caro", afirma.
Entre las pacientes, atentas a los consejos de sus cirujanos, la silicona francesa es también la más popular y demandada.
"Siempre oí que eran los mejores. Dos amigas mías escogieron silicona francesa y mi médico me la recomendó por todas sus garantías. Estoy muy contenta", afirma Yanira Balza, peluquera caraqueña, operada desde hace tres años.
Según Oyón, sólo decir que los implantes son franceses basta para realizar la venta en muchos casos. "Los franceses tienen un sistema que se llama perfil extra-alto, es decir que el seno queda por encima de la horizontal y eso gusta mucho en Venezuela", afirma la distribuidora, que vende unos 70 pares de prótesis francesas mensualmente, cifra que puede llegar hasta 130 en Navidad.
El reciente triunfo de la venezolana Stefanía Fernández en el certamen de Miss Universo 2009, un galardón que su compatriota Dayana Mendoza había logrado en 2008, podría hacer que las operaciones de cirugía estética sufrieran un 'boom', afirman estos expertos del sector.
"La mujer venezolana es una de las más vanidosas del mundo. La estética se considera un producto de primera necesidad", asegura Rojas.
"Creo que hay una presión social en Venezuela, un patrón de belleza que se ve en concursos como el Miss Venezuela y después una quiere parecerse a eso", afirma Vanessa Brito, caraqueña de 27 años, que usa implantes franceses desde hace cinco.
Bella naturalmente o ayudada por un bisturí, para Slobodianik la respuesta parece ser evidente. "Yo no la he operado pero seguro que (Stefanía Fernández) tiene retoques. Todas los tienen", asegura.
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