01 fevereiro 2006

Rumbo a Miss Nicaragua 2006

Las dieciséis candidatas a Miss Nicaragua 2006 realizaron su visita oficial a las instalaciones de El Nuevo Diario. Ésta es parte de su preparación y les servirá como herramienta para profundizar sus conocimientos sobre el funcionamiento de diferentes empresas prestigiosas del país. En el recorrido que realizaron a este rotativo, las jovencitas no pararon de hacer preguntas sobre la recopilación y procesamiento de la información; además conocieron todas las áreas que componen el diario.

Piel y agua salada

Acompañamos a las 16 candidatas a Miss Nicaragua 2006 en su visita a las playas del municipio de Tola, en Rivas. A partir de hoy conocerán cada detalle de esa gira, en la que nuestro lente captó los mejores atributos de las chicas en traje de baño

Edith Pineda

Con el propósito de que los nicaragüenses conozcan todo lo que implica la preparación de sus reinas de belleza, este fin de semana la organización Miss Nicaragua invitó a EL NUEVO DIARIO a una gira con las 16 candidatas al certamen. La idea era que le diéramos una probadita a la vida tras bastidores del Miss Nicaragua 2006.

Partimos de Managua a eso de las 6:30 de la mañana del sábado, un golpe bajo para los que esperamos el merecido descanso, bajo sábanas, del “finde”. Nuestro destino: el complejo turístico Rancho Santana, ubicado en el municipio de Tola, Rivas.

Luego de cuatro horas de viaje en carretera, teníamos frente a nuestros ojos una panorámica del mar Pacífico, el cual baña las costas del Complejo turístico Rancho Santana.

“Media hora para bajar maletas y las quiero listas para maquillaje y peinado… y recuerden: postura de misses”, indicó René Fabiola, quien se encarga de preparar a las muchachas en todo lo que tiene que ver con pasarela

Siempre chic

Pese al cansancio, las candidatas no pueden perder la pose: paso seguro, mirada altiva, sonrisa a flor de labio, abdomen adentro, cabello en su lugar y por nada del mundo dejar asomar el cansancio que deja el estar despiertas desde las 4:00 a.m.

El programa de ese día incluía entrevistas con EL NUEVO DIARIO y con un medio televisivo, lo cual implicaba dos cambios de vestimenta. Para lograr cada toma, algunas muchachas se golpearon al resbalar de las rocas en las que nuestro fotógrafo les pidió posar.

Al resto –mientras esperaba su turno frente a la cámara- el sol ya no les permitía mantener la pose de misses que les indicaron al llegar, tenían razón, pues, quién sonríe cuando el sol quema todo y el viento levanta frente a su rostro la fina arena de la playa, y menos aún cuando hay que cuidar el peinado, el maquillaje y las extensiones del cabello.

Conversando con ellas nos enteramos de que para la mayoría el ser parte del certamen es un sueño que cargan desde niñas, aunque también reconocen que no era lo que imaginaron, porque más allá de poner la cara bonita y buscar su mejor ángulo frente a las cámaras, los sacrificios son muchos. Lo bueno es que aseguran estar concientes de que esto es necesario para ser coronadas y de que vale la pena.

Es un sueño medio duro y quizás considerado innecesario por las mujeres “comunes”, pero para ellas en este momento es un reto y una experiencia que no cambiarían por nada. Incluso, dicen que el certamen les ayuda a crecer como personas, a ser independientes y a manejar mejor sus emociones y nervios.

Viven a un ritmo acelerado, tienen que cuidar cada detalle de su look y las cosas que dicen a los medios. Quieren romper la imagen de que las reinas de belleza son “huecas” de pensamiento, por ello cada vez que tienen la oportunidad nos comentan que son mujeres con criterio, que han estudiado y que si están en el concurso es porque, además de ser bellas, cuentan con la preparación intelectual suficiente para representar al país. Para eso se preparan día a día. No sólo es la pose, ellas reciben charlas, principalmente acerca de la cultura y de los recursos naturales que posee Nicaragua. Algunas, de forma independiente, toman cursos de idiomas y se “arman” con todo lo que pueden, para sobresalir y ser coronadas. Eso sí, no olvidan que ser parte del certamen no sólo es trabajo y en el momento que pueden aprovechan para disfrutar, pues en caso de no ganar se llevan un buen sabor de su paso por el Miss Nicaragua.

La noche del sábado concluyó con un talent show en el que olvidaron un poco las recomendaciones y lucieron espontáneas: bailaron, cantaron y hasta celebraron el cumpleaños de Tanya, quien atacada por la nostalgia de no estar junto a su familia, en su natal Granada, dejó escapar una que otra lágrima frente al pastel que sus compañeras de concurso le compraron en secreto.

Fonte: http://www.elnuevodiario.com.ni/

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