Primera reina de belleza con sida ama la vida y es feliz

La primera reina rusa de la belleza portadora del virus de inmunodeficiencia adquirida, Svetlana Izambáyeva, ama la vida y es feliz, y a sus 24 años quiere derribar los prejuicios de la sociedad en la que vive y demostrar que las 'misses' con sida también son 'encantadoras'.
'Hay que ser uno mismo, amar a todos y a la vida, que es preciosa', dijo a la prensa Svetlana, peluquera de profesión, en la víspera de su coronación mañana, jueves, como 'Miss Seropositiva 2005' en el teatro Meyerhold de Moscú.
El concurso, primero en su género convocado en Rusia, forma parte de las actividades a lo largo y ancho del país dedicadas al Día Mundial del Sida, que se celebra en todo el mundo cada 1 de diciembre.
Gennadi Onishchenko, jefe del Servicio de Epidemiología de Rusia, fue uno de los primeros en apoyar un certamen que, según dice, permitirá 'romper las barreras existentes'.
'Puede parecer una idea absurda, y algunos hasta podrán decir que se trata de una burla, pero, ¿por qué no celebrar un concurso de belleza entre chicas seropositivas?', inquirió el especialista el pasado martes.
La iniciativa partió de una página de Internet dedicada al problema del sida y al menos 30 chicas enviaron sus fotografías para participar en el evento.
'Entre tres finalistas, el jurado me adjudicó la corona y las otras dos chicas, que no quisieron revelar su verdadera identidad, serán princesas', dijo Svetlana al diario 'Moskovski Komsomolets', que insertó la entrevista y su fotografía en primera página.
Svetlana o Sveta (diminutivo) vive en Cheboksari, capital de la república rusa de Chuvashia, en el curso alto del río Volga, 600 kilómetros al este de Moscú.
'Envié mi foto por puro interés y nunca pensé que podría ganar', dijo al explicar que, en realidad, quiso aprovechar esa oportunidad para entablar amistad con otras chicas en su misma situación.
Confesó que cuando le informaron sobre su victoria no lo podía creer y que, después, no vaciló en dar cara a la sociedad y prometerse a sí misma, dedicar su nuevo título a ayudar a otras enfermas.
'Confió en que lo que hago ayude a otros seropositivas a dominar su miedo y a convencer a muchos de que la lucha contra el sida no debe incluir la segregación o acoso de los enfermos', subrayó Svetlana.
Porque en Rusia como ocurre en otros países, los seropositivos están relegados, la mayoría de sociedad les teme o rechaza, y ellos mismos se consideran proscritos.
'Se han dado casos en que las chicas ocultan su diagnóstico ocho y nueve años... imagínense lo terrible que debe ser llevar esta carga tanto tiempo sin comunicárselo absolutamente a nadie', recalcó la joven.
Según Sveta, la certidumbre de ser portador del virus y el pánico de que la sociedad se entere supone una carga insostenible para el individuo que requiere antes que nada, apoyo y ayuda moral.
'Es por esto que trataré de explicar que ser seropositivo no significa haber sido sentenciado y que debemos y podemos vivir como el resto, dando la cara al mundo y alegrándonos de que existimos', afirmó.
La entrevista de Svetlana tuvo el efecto de una bomba y coincidió con la publicación de una encuesta que reveló que los rusos paulatinamente se acostumbran a vivir y trabajar junto a seropositivos.
A un 38 por ciento de los encuestados no les importa si su vecino es portador del sida, frente al 30 por ciento que respondieron de la misma forma el año pasado, y un 33 por ciento no ponen objeciones a trabajar con seropositivos (26 por ciento en 2004).
No obstante, todavía quedan escollos. Un 77 por ciento no utilizarían objetos tocados por seropositivos, el 75 no compraría comida a vendedores portadores del virus y el 56 por ciento evitará llevar a su hijo a una escuela en donde estudien niños infectados.
Pero Svetlana es optimista, y está convencida que en su país los seropositivos tendrán las mismas oportunidades para desarrollar su vida y ocupar un lugar en la sociedad.
Sobretodo a menos de dos semanas de recibir su diploma de economista, tras concluir estudios superiores en una universidad de Cheboksari.
'Ahora estudio mucho, estoy dedicada a actividades sociales y casi no pienso en mi vida privada. Pienso que llegará el tiempo cuando aparecerá la persona de mis sueños y entonces me enamoraré', concluyó la chica.

Fonte: terra.es