24 años, 1,82 de altura y le gusta viajar, Luo Zilin (abajo) ganó el certamen de bellezas. :: Z. A
14.07.11 - 00:13 -
«Después de haber superado esta fase tengo la confianza suficiente como para creer que puedo conseguir el título mundial en Sao Paulo», aseguró, todavía con lágrimas en los ojos, en la abarrotada rueda de prensa posterior al evento. Si lo consigue, se convertirá en la primera Miss Universo china, y en la segunda mujer del Gran Dragón que logra una corona en un certamen de belleza.
«Antes, la mujer china era considerada tradicional y sumisa, pero su desarrollo está siendo incluso más rápido que el del conjunto de la sociedad», explica a V Yue Sai Kan, la directora de Miss Universo en China y una de las empresarias con mayor fuerza del país. «La independencia adquirida se demuestra en concursos como éste, que no solo buscan la belleza del cuerpo, sino la conjunción con una personalidad fuerte. No se puede hacer una idea del coraje que hace falta para salir al escenario y enfrentarse al público y a los jueces. Por otro lado, este certamen proporciona formación y la posibilidad de ampliar las miras de estas chicas», añade. «Y creo que su ejemplo puede servir para animar a que otras mujeres que todavía se sienten cohibidas den el paso para ganar confianza en sí mismas».
Si Mao levantara la cabeza seguramente no daría crédito. En el país que fundó las ideas eran colectivas y no había espacio para el culto al cuerpo. Llenar el cuenco de arroz era ya esfuerzo más que suficiente. Pero China ha cambiado mucho desde el Gran Timonel, y ya no solo aspira a llenar de productos las tiendas de 'todo a cien'. No. La segunda potencia económica mundial se ha introducido en una nueva etapa de su desarrollo, esa en la que busca el oro del ránking mundial.
Para conseguirlo, el modelo de mano de obra barata y producción de cara al extranjero ya no sirve. Ahora hay que mirarse al ombligo, es imprescindible explotar el mercado interno y aportar valor añadido a las exportaciones. Y ya no vale con echar mano de extranjeros, hay que utilizar el talento local. Aunque no hay duda de que la industria lleva ventaja y concentra buena parte de los esfuerzos gubernamentales, otros sectores, como el de la belleza y la publicidad, también se han dado cuenta del cambio.
«Los consumidores chinos ya no quieren que los productos se los vendan rostros extranjeros», analiza Zhang Zilin, la primera Miss Mundo de China, coronada en 2007. «Los chinos hemos superado esa etapa en la que creíamos que lo que venía con ojos azules y pelo rubio era mejor. Ahora queremos modelos más cercanos, en los que nos podamos ver». L'Oreal no ha dudado en ficharla y no hay día en que su radiante rostro aparezca en la tele.
Ejemplo para los jóvenes
Nada de alcohol o tabaco. Lo que Zhang quiere es publicar un libro sobre sus experiencias como Miss Mundo que incluya también el abecedario para estar guapa. No le va a faltar competencia, porque en televisión abundan los programas en que chicas jóvenes y tímidas se convierten en tigresas dispuestas a matar tras una dura sesión de maquillaje y peluquería. No hay duda de que los chinos han desterrado el 'traje Mao' y se han embutido en prendas más escuetas.
Hace sólo una década, celebrar un concurso de misses en China habría sido impensable. Sin embargo, hace ya cinco años que, de forma consecutiva, la final de Miss Mundo se celebra en la isla tropical de Hainan. Y los rasgos orientales van más allá de la conquista de una corona y se han instalado también en la pasarela. Buen ejemplo de ello es Du Juan, una de las 'top model' más cotizadas y cuya presencia en la final del domingo levantó pasiones entre el público que abarrotaba un estadio con nombre poco comunista: MasterCard.
Sin duda, todos estos ejemplos de misses y modelos han provocado un 'boom' sin precedentes en un sector que todavía tiene muchas sombras. Zhou Mengya es una joven modelo 'freelance' al que su trabajo le ha dado más de un disgusto. «No es fácil triunfar en el mundo de las modelos de China si no se tienen las conexiones adecuadas». El enchufismo cuenta también en la belleza, sobre todo a la hora de conseguir trabajos televisión y pasarelas.
Zhou apunta también a la poca profesionalidad de muchos agentes. «Hay mucho oportunista que trata de sacar provecho de chicas guapas a las que estafan. De hecho, los agentes se llevan la mayor parte del sueldo de las modelos. Si, por ejemplo, para un show pagan 3.000 yuanes por chica (unos 330 euros), ella solo se lleva entre 800 y 1.000 (unos 100 euros)». Es lo que le sucede a la propia Zhou en el momento en el que se entrevista con este periodista, poco antes de entrar en un programa de una televisión, en la que aparecerá junto a otras modelos. La tensión y la competitividad se mascan en el ambiente. «Las que tienen mejores contactos son las que reciben los mejores vestidos. Al resto nos dan lo peor para que no destaquemos».
http://www.eldiariomontanes.es
http://www.eldiariomontanes.es
Nenhum comentário:
Postar um comentário