Stefanía Fernández defendió su corona
 |  missvenezuela.com Stefanía Fernández dice que de niña quería ser domadora de leones, para juntar su amor por los animales y por el espectáculo. |
11 de Septiembre de 2009
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NUEVA YOR- Stefanía Fernández sabe que es imposible tener contento a todo el mundo. Su elección como Miss Universo ha generado una enorme polémica en la que han entrado fans, expertos y hasta algunas candidatas del certamen. Pero la reina tiene los pies en la tierra, pese a sus cortos 19 años. Su objetivo ahora: hacer un papel extraordinario como reina universal.
¿Qué tanto cambió tu vida convertirte en Miss Universo?
Realmente no cambió tanto porque en Miss Venezuela nos preparan mucho, así que durante todo el año me tenía que levantar a las cinco de la mañana y me quedaba en La Quinta de Miss Venezuela hasta las 12 m. Conforme pasaban los meses y se acercaba el concurso era menos lo que dormía porque tenía clases de pasarela, oratoria, maquillaje y peluquería. Casi igual pasa ahora con Miss Universo.
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Cuando no me nombraban entre las primeras 15 semifinalistas estaba preocupada, porque no lo podía creer ¡y Osmel me iba a matar! Pensaba que no podía ser porque Venezuela siempre clasifica. Cuando escuché el nombre de mi país al final, hasta descansé.
¿Qué pasó por tu mente cuando estabas tomada de la mano con Miss República Dominicana?
En ese momento yo estaba felicitando a República Dominicana. Le dije: "¡Felicidades, ya ganaste! Ella lo deseaba mucho como cualquier concursante. Por eso la felicité, aunque me contestó: "¡Cállate, que tú también puedes ganar!".
¿Tenías una buena relación con Ada Aimée de la Cruz?
Sí, llevamos buena relación a lo largo de todo el concurso. Hacíamos bromas, comíamos juntas. La verdad, todas las latinas hicimos un grupo muy bonito. Pero yo veía que todos los días [Ada Aimeé] le echaba muchas ganas.
Ella pidió que se cambiara la estrategia de calificación. ¿Estás de acuerdo con eso?
El día de la elección me enteré de que cada desfile tienes su puntaje. Y cuando viene el otro borran el anterior, ya que no es un puntaje acumulativo. Yo no lo sabía, pero lo cierto es que desde que llegas al país sede te están evaluando, si estás arreglada, si estás cansada, y es todo un mes. Aparte, [te evalúan en] todos los desfiles de traje de baño, traje típico, y esos puntajes ellos los tienen guardados.
¿Cuál es tu sentir al ver que mucha gente está molesta con tu elección?
Es difícil complacer a todo el mundo. Cada vez que gana una Miss, sobre todo venezolana, hay controversia. El año pasado con Dayana Mendoza hubo controversia por unas fotos, así que este año yo estaba segura de que se iba a crear una. Aparte de ser Venezuela, también pasó que la corona fue entregada por otra venezolana. Pero deberíamos sentirnos orgullosos de que la corona se quedó en Latinoamérica.
¿A pesar de que algunos piensen que hubo fraude?
Yo defiendo por completo a la organización de Miss Universo, porque lleva años realizando el concurso. También muchas personas dijeron que se habían leído los resultados al revés. Eso no lo creo, ni modo que la organización, con tantos años de experiencia, vaya a cometer ese error.
Salieron unas declaraciones de tres reinas hispanas en contra de tu elección. ¿Qué opinas de eso?
Mira, yo me llevé muy bien con todas las latinas, con México, Puerto Rico, Uruguay, Perú, Argentina, Ecuador, Honduras, Paraguay, con todas. Como te dije anteriormente, hicimos un grupo muy bonito.
¿Cómo fue tu niñez?
Desde niña soñaba con estar en la televisión. Recuerdo que una vez le dije a mi mamá que quería ser domadora de leones cuando fuera grande, porque es una buena combinación de estar en el medio de la farándula y con los animales, porque me encantaban de niña y todavía me gustan los animales. Yo quería tener un perrito pero mi mamá no me dejaba porque vivíamos en un apartamento. Cuando me preguntaban de pequeñita qué quería ser de grande, yo decía artista. Siempre me llamó la atención el mundo del espectáculo.
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De verdad ni me lo creo. Soy la misma persona pero con más responsabilidades. Sé que soy una figura pública de la que estarán siempre al pendiente, pero soy la misma con todo y el título de Miss Universo.
Tienes los píes bien puestos en el suelo, a pesar de ser una adolescente...
Muchas gracias. Le agradezco a Dios que mis padres me enseñaron valores muy importantes y nunca se me va a olvidar lo que me costó llegar hasta donde estoy. Mucho menos el pueblito de donde vengo, mi casa, mis raíces, mis abuelos, que son refugiados de la Segunda Guerra Mundial, mi papá, que desde pequeño trabaja y nunca sacó una carrera universitaria. Nunca se me olvida de dónde vengo y eso es muy importante.
Tú confesaste Miss República Dominicana era tu favorita, ¿verdad?
Es una chica muy linda y sí, era mi favorita. También Miss Rusia, porque tengo sangre rusa, además de Miss Australia y Estados Unidos, que eran mis elegidas.
¿Qué le pasó a la corona, luego de que rodara hasta el suelo?
Fue un momento en el que a Dayana y a mí nos salió esa parte de niñas que todos tenemos dentro. Brincábamos de la emoción y ella me decía: "¡Brujita, ganaste, ganaste!". Lo que pasó es que la corona no me encajaba en la cabeza, tenía que abrirla de atrás para que me entrara bien, pero como Dayana estaba tan emocionada y yo también, al moverme se calló y en el momento le dije: "¡Ay, Dayana, a pagar corona!". Está un poquita rota pero nada grave, Dayana tendrá que empezar a reunir para pagar la corona.
Ahora tienes otro reto. Dayana Mendoza ha sido una de las reinas más queridas de los "missólogos"...
Tengo el reto de conquistar a todo el mundo. Bueno, los venezolanos están conquistados. Eso lo va ganando una poco a poco. La elección es muy reciente y está la espinita de que a muchas personas les parece injusto que Venezuela haya ganado otra vez. Espero, poco a poco, irme ganando a las personas.
Seguro ahora tendrás muchos pretendientes...
No, no tengo ninguno. Además, soy feliz con mi novio con quien llevo un año. Él me ha apoyado mucho.
¿Algún mensaje para tus seguidores?
Gracias por todo el apoyo y por sus palabras de aliento. Y lo vuelvo a repetir: ¡qué bueno que la corona se quedó en Latinoamérica!
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