La beldad puertorriqueña recibió el cariño de la gente apostada a su paso.
(Primera Hora / Enviado especial / Pipo Reyes)
Las jóvenes abordaron las carrozas a eso de las 5:00 de la tarde, en el área de Fish Fry, donde están ubicados varios negocios pequeños de mariscos. A esa hora del día, el sol todavía picaba en la capital bahameña, por lo que la organización les dio sombrillas a todas las concursantes para cuidar sus rostros y, de paso, sus maquillajes.
Miss Puerto Rico, quien lució un vestido corto azul turquesa, causó emoción tan pronto llegó, siendo aplaudida, tanto por el público bahameño, como por varios puertorriqueños que viajaron desde la Isla para apoyar a la reina boricua y estar presentes en el certamen este domingo. Mayra tiró besos y no dudó en tomar la bandera de las Bahamas y la de Puerto Rico, echándose al público local en el bolsillo. Varios curiosas le gritaban, “Puerto Rico, Puerto Rico”, a lo que Mayra respondía con una amplia sonrisa.
“La he pasado superbién en las Bahamas y me recuerda mucho a Puerto Rico, sobre todo la gente. En lo único que no se parece es que no tengo a mi familia”, comunicó la caborrojeña.
La música calipso de la banda Visage comenzó a sonar, avisando que era tiempo de arrancar. En ese momento, todas las jóvenes alistaron sus sonrisas y sus manos para saludar y mostrar dentaduras.
A los lados de la carretera, eran decenas los que esperaban a las reinas, y no sólo bahameños, también había filipinios, jamaquinos, ecuatorianos, colombianos y estadounidenses, quienes no quisieron perderse a las reinas de cerca. Pese al calor, todas las candidatas mostraron su mejor rostro e hicieron el trabajo de reinas de belleza a la perfección: tiraron besos, se rieron, bailaron tímidamente y aletearon sus manos hasta más no poder.
La alegría era evidente entre los presentes, especialmente, entre los más pequeños, quienes miraban con curiosidad e inocencia a las reinas, y no a las de Disney, sino a las de verdad. La primera en la parada, y montada en un vehículo Jeep descapotado, era la actual Miss Universe, Dayana Mendoza, quien saludó con simpatía, pero sin incomodarse, ni sudar tanto, como lo estaba su posible sucesora.
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