30 agosto 2009

Miss Universo 2009

Entrevista // Stefanía Fernández, Miss Universo 2009

"En dictadura nada es bello"

"No hay nada más lindo en la vida que ser libre y expresar lo que deseas" "Para mí no existe la palabra imposible. Si a los 18 años ya soy Miss Universo, ¿qué no podré hacer yo?" Stefanía fernández

Stefanía Fernández planea venir a Venezuela tres días antes del certamen de Miss Venezuela, es decir, el 21 de septiembre

NUEVA YORK.- "Patria, bikini o muerte", ironizó un corresponsal el pasado fin de semana al tratar de resumir los disímiles despachos noticiosos asociados con Venezuela aquellas últimas 48 horas.

"Es crazy, no lo puedo creer. No lo puedo describir", fue una de las primeras declaraciones de Stefanía Fernández la noche del 23 de agosto en Nassau, luego de brincar cual liceísta junto con la también venezolana Dayana Mendoza, su antecesora.

Aún temblaba. Sabía que su caso era inédito. Vino de atrás, con las estadísticas en contra y, literalmente, remató en las últimas curvas, para sorpresa de muchos. A veces es mejor estar inspirado que sentirse favorito. Pasa en cualquier terreno, de la política al deporte y el espec- táculo. Dicen que así la victoria tiene más sabor.

Ahora está por primera vez en Manhattan, apenas conociendo la que será su oficina por los próximos doce meses, ubicada en la avenida Las Américas. Casualmente, la calle donde creció en Mérida lleva el mismo nombre. "No lo sabía. ¡Qué cosas!", acota pícara, rodeada de fotos de Dayana Mendoza aún colgadas en los tabiques corporativos.

-¿Por qué cree que el jurado la favoreció?


-No sé. Desde el momento en que llegué a Bahamas mantuve la misma felicidad, el mismo desempeño, aunque cada día la competencia se hacía más difícil. Nos acostábamos más tarde y despertábamos más temprano. Cada jurado te entrevista en privado por tres minutos, y yo a pesar de no hablar bien inglés buscaba la manera de hacerme entender.

-Si no ganaba, ¿qué planes tenía?

-Iba a irme un año a estudiar inglés a Canadá y luego tal vez francés, antes de entrar a la universidad en Venezuela. Ahora tengo el paquete completo (risas): soy Miss Universo y estudiaré dos a tres horas diarias de inglés.

-¿Qué es ser Miss Universo?

-Es una gran oportunidad. Tienes el don de la palabra, porque somos vistas, escuchadas, nos toman en cuenta. Yo me siento privilegiada, no sólo ahora, desde antes: le doy gracias a Dios por haberme mostrado las cosas buenas y malas de la vida a la edad precisa.

-En Mérida la gente celebró hasta la madrugada...

-Mis amigas me llamaron y me dijeron que hubo caravanas. Quedaron en mandarme fotos. No voy a Mérida desde junio. Fui a un bautizo, yo era la madrina. No es tanto tiempo, pero como es mi casa, parece más. Los últimos meses han sido ajetreados, anoche por primera vez dormí completo. Igual siempre me levanto a las 5:00 de la mañana.

-¿Dónde fue más difícil ganar: en el Poliedro de Caracas o en Bahamas?

-Ambas son competencias difíciles.

-Cabrujas prefería que sus heroínas fuesen andinas. Recalcaba que eran calladitas, pero muy fuertes, de temer&

-Yo no soy calladita. Pero es cierto, las gochas no somos bobas, tenemos un carácter fuerte, sin dejar de ser dulces.

-Por décadas los andinos gobernaron Venezuela con mano dura. Si tuviese que escoger entre ser Miss Universo y vivir en democracia, ¿qué elegiría?

-Vivir en democracia. No hay nada más lindo en la vida que ser libre y expresar lo que deseas. La democracia le da belleza a todo. Sin democracia& en una dictadura, nada puede ser bonito.

Criada entre Barinas y su Mérida natal, esta bachiller en Ciencias llegó a Caracas el año pasado, ciudad que apenas había visitado una vez, siendo niña. A los 17 volvió sola, procedente de San Cristóbal, buscando un cupo en la quinta Miss Venezuela. La guiaba Néstor Díaz, quien la había descubierto en un reinado de la Feria del Sol, donde, curiosamente, había quedado de última, en extrañas circunstancias, desliza.

-¿Algún mensaje para el jurado andino que la ignoró?

-Les doy las gracias porque ellos me inspiraron a seguir insistiendo. Probablemente de haber ganado en esa feria me hubiese quedado en Mérida. Estaba acomplejada: me sentía fea, siempre fui la más alta de la fila, y mi cuello es más largo de lo normal. De niña me decían jirafa, flamingo. Hoy me doy cuenta que todo eso valió la pena.

-¿Le costó adaptarse a Caracas?

-Todo me parecía grande, rápido, lejos, carísimo. Allí siempre viví sola y al principio le tenía miedo hasta a las cámaras. Luego cuando gané el Miss Venezuela y me dieron mi camioneta de premio, pude moverme mejor. Aunque a veces me echaba mis perdidas y llamaba a dos amigos taxistas que me cuidaban. Son las experiencias y no la edad lo que te hace madurar.

Ahora ya no es la capital de una nación la que debe conquistar, sino la del mundo. "Es mi primera vez en Nueva York, espero tener tiempo de empezar a conocerla pronto. Ya por allí escuché que viene un viaje a Indonesia. Yo quiero conocer todo, de esta ciudad y del mundo. Sólo había estado en Miami y España, hace años".

-¿Qué impresión le ha causado Manhattan?

-Es tal como me la imaginaba: agitada, llena de tecnología. Me han tratando excelente.

-El merideño más famoso del mundo, Johan Santana, vive acá. ¿Se conocen?

-Confieso que me gusta más el fútbol, pero claro que sé quién es él. Aunque no lo conozco, me encanta que aunque haya llegado tan lejos, no se olvida de dónde viene, y hace lo que puede por su pueblo (Tovar). Como está lesionado le diría que las cosas pasan por algo en la vida, Dios sabe por qué hace las cosas y seguramente le vendrán momentos mejores. Que tome esta pausa como una reflexión.

-¿Algún plan para cuando vaya a Venezuela?

-No tengo fecha, pero me imagino que será unos tres días antes del próximo Miss Venezuela (24 de septiembre). Ojalá pueda ir a Barquisimeto, a agradecerle a la Virgen de la Divina Pastora. Ya una vez ella me hizo un milagro a los 14 años.

-¿Se refiere al rescate de su padre secuestrado?

-No, yo tenía una enfermedad inmunológica y ella me curó.

-¿A ella le dedica la corona?

-A ella, a Dios, mi papá, a mi mamá, mis hermanos, mi novio. Y a toda la Organización Miss Venezuela, desde Osmel Sousa hasta el menor de los empleados.

-¿Qué significa para usted la palabra "imposible"?

-Para mí no existe. Tengo un amigo fotógrafo que estudió cuatro carreras. Lo veo y ahora pienso: si a los 18 años ya soy Miss Universo, ¿qué no podré hacer yo?

Andrés Correa Guatarasma
ESPECIAL / EL UNIVERSAL
eluniversal.com


¿Cuál fue la pregunta?
29 Agosto 2009


Actualizado: 08:25 PM hora de Cd. Juárez

Agencias

Caracas— Domingo 23 de agosto de 2009, una noche que difícilmente olvidará Stefanía Fernández, la venezolana que hace una semana consiguió la sexta corona de Miss Universo para su país.

“Fui la última semifinalista en ser llamada. Mi papi me dijo que casi se infartó en ese momento. Yo veía que sólo quedaba un lugar vacío en el escenario y le dije a Diosito y a la Virgen que lo dejaba todo en sus manos. Pero en el fondo quería que me llamaran, que no me eliminaran tan rápido. Después de todo, yo era Venezuela y se espera mucho de ti”, comenta Stefanía.


En la última ronda llevaba el menor puntaje

— ¿Sí? Ay, Dios, no lo sabía, no he podido ver el concurso. Pobrecitos los venezolanos que me estaban viendo (risas). Bueno, los últimos serán los primeros, como dice el dicho.


¿Cómo logró voltear los números a última hora?

— No sé, casi no escuché la pregunta que me hicieron ni las de las demás. Había mucho ruido. Sólo oí que me dijeron algo del hombre y la mujer, y supuse el resto. Lo bueno era que estaba muy relajada, eso me ayudó. Mi mayor sorpresa fue cuando quedamos sólo dos: jamás pensé que iba a llegar tan lejos. Y no porque no estuviera segura, había hecho todo lo que la organización me indicó, pero el final siempre es impredecible. A veces se gana y a veces se pierde.


¿Recuerda el resto?

— Dayana (la también venezolana que entregó la corona) me gritó: “¡Bruja, ganaste!”, y me dio una nalgada. Vi a Osmel (presidente de Miss Venezuela) y lo saludé como diciéndole: “Te lo dije”. Quería hacer de todo, pero hay un protocolo. Hablé con Dayana y me aconsejó que me pusiera las pilas, pues me espera un año de mucho trabajo.


¿El mundo puede aprender de la Organizción Miss Venezuela?

— Sí, es un ejemplo, allí no hay improvisación. Tienes que trabajar y dar lo mejor de ti, siempre contra el tiempo.


¿Algún plan para su cumpleaños el venidero 4 de septiembre?

— Todavía no sé qué haré. Soplaré 19 velitas, pero yo no puedo andar comiendo pastel (risas).

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