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La organizadora de Miss Chile 2006 lamenta que en el país el certamen haya caído en desprestigio. Mientras, desde Las Bahamas llegan fotos de las representantes de distintos países para el concurso que se realizará el domingo 23 de agosto.
Por Alejandra Valdivieso Mientras las representantes de casi todos los países latinoamericanos y de todas partes del mundo lucen sus bikinis y se bañan en las celestes aguas de Las Bahamas, la reina chilena de belleza brilla por su ausencia.
Durante 2004 y hasta 2006 Coca Cané asumió como propio el reto de hacer el Miss Chile. Que resultara. Que fuera un hecho. Cosa quizás impensable en otros países, en el nuestro la tarea recaía en buena medida sobre sus espaldas y en un pequeño grupo de trabajo que la acompañó a sol y sombra.
La productora de eventos cuenta a "La Segunda" que ya esa vez fue muy complicado conseguir auspiciadores y que quizás lo más difícil fue obtener el espacio en TV. A su juicio, el concurso está desperfilado y es categórica sobre el por qué de esto: "Los mismos chilenos matamos al Miss Chile".
"Al chileno le gusta ridiculizar al otro, eso me da pena", dice acongojada al recordar que aun después de muchos años se siguen mostrando en televisión los chascarros de algunas candidatas. En este sentido, ella destaca el valor "aspiracional" que tiene este tipo de shows, que se contradice con hacer el ridículo a nivel nacional.
Coca también apunta a que los empresarios que participaron en la organización durante los años que ella estuvo no se dedicaban al 100% al show porque tenían otras responsabilidades. "En 2006 les dije: si en 2010 seguimos con este trabajo, pueden sacar resultados; pero ellos querían ganar plata altiro. Tienes que sembrar para cosechar", recuerda.
Además de la falta de buenos auspicios, asegura que el poco interés de los canales de televisión en transmitir el show -y hacerlo de forma positiva y no destructiva-, hizo que el perfil de las aspirantes fuera decayendo.
No siempre fue así. Este tipo de certámenes, en décadas anteriores, entregó al país los rostros que aún hoy copan los espacios de la televisión y motivan infinitas noticias de espectáculo, como es el caso de Tonka Tomicic o Raquel Argandoña, sin olvidar a nuestra única Miss Universo, Cecilia Bolocco.
¿No será el tiempo de retomar el Miss Chile? "Devolver la credibilidad al concurso es un trabajo de años y muchas lucas entremedio", sentencia Coca.
Cané ve mucho potencial en el país y destaca éxitos como el de Hil Yesenia Hernández , seleccionada Miss Earth 2006, o el rol de Gabriela Barros como Miss Chile 2004, entre otros.
Sobre la reactivación del concurso, acota que la licencia del concurso en el país sigue en manos del empresario italiano Luciano Marocchino, más conocido por sus polémicas fotos en Miami con la Bolocco. "Si a Luciano se le presenta una buena propuesta de negocios, él lo hace. El tema es que una persona se arriesgue".
Miss Mundo: con plata y sin pantalla
Para Millaray Palma la experiencia fue un poco distinta. En 1998 se vinculó por primera vez, junto a Gonzalo Beltrán, con el concurso Miss Mundo Chile. De 2000 a 2005 fue representante oficial y tenía la licencia.
"Los auspiciadotes me seguían", recuerda. Y el problema eran las complicaciones que surgían para negociar con los canales. "Querían tener el concurso pero no vender la pantalla", cuenta con frustración.
En 2004, por ejemplo, luego de fracasar en sus intentos de negociar con otros canales, el concurso fue trasmitido en Megavisión, sin los resultados esperados.
Por un lado, explica, a los canales no les atrae tener un socio 50/50 y por otro, este tipo de programas no resulta tan rentable si se piensa que se trata de una organización de seis meses para dos o tres días de pantalla. Los reality show ofrecen rating alto y costos bajos respecto a este tipo de show.
"Si uno tiene el canal 6 meses antes, es un buen negocio", concluye la diseñadora .
El contraste del Miss Venezuela
Muy diferente al caso chileno es el venezolano. El país ha convertido el certamen Miss Venezuela en un show imperdible, que atrae a la familia entera.
Participar en el certamen, y más aún ganarlo, constituye una de las máximas aspiraciones de muchas jóvenes.
En todo esto ha tenido un rol clave Osmel Sousa, quien desde 1981 preside la organización Miss Venezuela y que con rigor y profesionalismo ha desarrollado la "fábrica de misses", que se ha transformado en uno de los productos de exportación más populares del país.
La actual Miss Universo, por cierto, es una venezolana, la quinta en la historia del certamen: Dayana Mendoza tiene 22 años y se prepara para entregar la corona el próximo domingo 23 de agosto a una de las 84 candidatas que aspiran llevar la corona a su país. Chile no está entre ellos.
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