10 agosto 2009

Entrevista // Dayana Mendoza, Miss Universo

"No es mi culpa que la gente no sepa que Guantánamo es más que la cárcel, así como San Francisco no es sólo Alcatraz"

Nueva York.- Luego de un año de viajes, regalos y honores, las pertenencias se han multiplicado en volumen y valor. Así que a Dayana Mendoza le espera mucho por embalar:

Una década atrás alguien le ofreció un futuro en el modelaje. Asustada, tardó semanas en devolver la llamada. Lo demás es harto conocido: el 13 de septiembre de 2007 gana el Miss Venezuela, y el 13 de julio siguiente, el Miss Universo. Por circunstancias del calendario, esta caraqueña tendría el título por 13 meses: la próxima elección será el 23 de agosto en Nassau.

-El 13, para unos de mal agüero, fue bueno para usted.

-No me había dado cuenta hasta que una amiga me lo comentó. Con tantos viajes, ya ni sabes en qué fecha estás. No me he jugado el 13, así que no sé si es mi número, pero siempre me han gustado los impares (risas).

-¿A los concursos de belleza no se les da demasiada importancia?

-No culpo a los que piensan así, yo era igual. Desde afuera juzgas sin saber. Criticaba los desfiles en traje de baño y que apenas entrevistaran a los concursantes, pues es allí donde puedes saber quién es. Es como ir a una fiesta, no conoces realmente a la gente hasta que no hablas. Esto es un trabajo y yo tengo la fortuna de poderlo hacer y de que me haya ido bien. A mi edad los jóvenes viven su propio mundo, se concentran en sus estudios. Yo he tenido la oportunidad de trabajar por los niños, el sida, el cáncer de mama. He sido tan feliz... Pero un año no es suficiente.

-Las reelecciones están de moda en Latinoamérica. ¿Le gustaría ser reelecta?

-Pues claro, me quedaría un año más en Nueva York, me encanta esta ciudad (risas). Este es un trabajo muy divertido. Pero creo que sólo debe quedarse aquella persona que se ha roto el lomo y las pestañas haciendo tan bien su trabajo como para ser realmente insustituible.

-Una corona en la cabeza, ¿no es una imagen anticuada?

-Es un uniforme de trabajo que se debe usar en ciertas ocasiones. A cada quien le toca vestirse de cierta manera. A los abogados les exigen corbata, a nosotras tacones, banda y corona.

-Todo tiene un empaque muy frívolo, superficial&

-Yo no soy frívola y estoy aquí.

-¿Se documenta antes de viajar?

-Sí, siempre hago mi tarea, reviso, pregunto, tengo una persona que me actualiza desde Caracas. A veces la llamo a las dos de la mañana.

-¿Qué pasó entonces con el incidente de Guantánamo?

-No es mi culpa que la gente no sepa que Guantánamo es mucho más que la cárcel, así como San Francisco no es sólo (la prisión de) Alcatraz. Yo fui como parte de mi trabajo: visité una escuela, paseé en bote. Yo no vi torturas ni nada feo. Lo digo de corazón, y si me malinterpretan, bueno, me hacen más publicidad (risas). Todos nos equivocamos, más cuando sólo conocemos a alguien a través de fotos y letras&

-Luego de tantos viajes, ¿cuál ha sido el mejor?

-El primer recibimiento en Venezuela como Miss Universo.

-¿Hizo algo particular?

-Tomé chicha, comí tequeños, pedí hallacas. Sólo me quedé con ganas de comerme una arepa.

-¿Qué es lo menos agradable de su rol?

-Lo voy a extrañar todo porque esto sólo dura un año y disfrutas tanto que lo recordarás de por vida. ¿Qué no voy a extrañar? Odio los baños públicos en los aeropuertos. También me inventan novios& Y no me gusta cuando la gente me empuja y me hala el cabello: te ven y te quieren tocar. A veces se les olvida que eres un ser humano, sienten que les perteneces. De cierta manera es verdad, porque ellos te hacen la figura pública que eres, pero cuando la cosa se pone violenta, se torna complicada.

-¿Quisiera recuperar el anonimato?

-No sé si quiero seguir siendo una figura pública. Lo único que sé es que quiero darles a mis papás una mejor vida. Y si la fama es el camino, será. ¡A mí que me hablen de trabajo!

-¿Cómo mira a Venezuela?

-No hay necesidad de salir del país para notar que Venezuela no es la misma de mi niñez. A todos nos ha afectado el cambio.

-¿Algún plan concreto para el primer día sin título?

-Me gustaría desaparecer, apagar el celular y dejar la computadora debajo de la cama. Irme a un lugar desierto a comer pescado con tostón, o empanaditas de cazón en la playa&

-¿Satisfecha?

-No cambio nada. Ahora que termina el Miss Universo, estoy bien ansiosa por la transición. Eso me tiene un poco estresada, tengo que recoger muchas cosas, meterlas en cajas, enviarlas a Venezuela. Ahora quiero estudiar Ciencias Políticas en Francia, Actuación en Nueva York, Diseño Interior en Italia, Negocios& Han surgido tantas oportunidades que no quiero desaprovecharlas. No debería preocuparme. Todo saldrá bien.

Andrés Correa Guatarasma
ESPECIAL / EL UNIVERSAL

http://www.eluniversal.com

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