30 maio 2007

La disputa por las MI$$E$

Empresarios y gobernadores que buscaron atraer el negocio que rodea a la Miss Universo, y no lo lograron, buscan ahora ser parte de la repartición del pastel estimado en 20 millones de dólares, el cual quiere en su totalidad Donald Trump. El dinero es todo en este certamen que ha vivido complicaciones, cambios de sede y enredos entre los organizadores.



Cancún. Este lunes por la noche, trasmitida en vivo a todo el mundo la grand finale de Miss Universo 2007, encenderá todos los reflectores posibles para cubrir su mitad oscura, la enconada disputa entre los organizadores mexicanos y el magnate estadunidense Donald Trump por las jugosas ganancias, cerca de 20 millones de dólares que, por encima de conceptos de belleza, cultura, educación e imagen del país sede y las 77 participantes son peleados centavo a centavo, finalmente, el gran objetivo del concurso.

Esta semana, víspera del arribo de Trump y la gran gala en el Auditorio Nacional, la guerra entre Pedro Rodríguez, representante del grupo mexicano y Paula M. Shugart, presidenta de la firma propietaria de Miss Universo Internacional, era abierta, según el comité organizador, por el interés de Shugart en exigir el pago de las presentaciones al margen de acuerdos del grupo mexicano, con patrocinadores nacionales.

Los primeros damnificados de ese conflicto son una docena de empresas que pagaron sumas que van de 20 mil a 200 mil dólares, por la presencia de las Misses y su indiscutible efecto publicitario en sus negocios y no fueron incluidos en los itinerarios, por la sobreventa, tanto de los mexicanos, como de la señora Shugart. Otro es Fernando Sáenz de Miera, director de producción de “MU” que no ha recibido un centavo para pagar un staff de 40 personas, camarógrafos, técnicos y personal de locaciones para las grabaciones de NBC, que transmitirá el acto.

La franquicia para traer por cuarta vez el concurso a México, fue adquirida en ocho millones de dólares por la empresa “MU” (Miss Universo), integrada por Pedro Rodríguez, Andrés Holzer, Carlos Quiñones, Carlos Alazraki, Gerardo Sierra, Eric Raider y Rodolfo Rosas. Miss Universo International es propiedad, en partes iguales, de Donald Trump —quien lo compró en 1996 para sacarlo de la bancarrota económica— la cadena televisiva National Broadcast Corporation (NBC) y General Electric. La presidenta ejecutiva es Paula M. Shugart. También manejan Miss Teen Internacional —Señorita Adolescente— y Miss USA.

México fue sede de Miss Universo por primera vez en 1978, en Acapulco, bajo los auspicios de Televisa, la segunda en 1989, en Cancún y la tercera en 1993, en la Ciudad de México, bajo el patrocinio del gobierno de Carlos Salinas de Gortari. La cuarta celebración en México, edición 56 de su historia, no parece tan afortunada, más que nada por la disputa económica, cada protagonista está dispuesto a pelear la tajada más grande de las ganancias por pago de derechos en presentaciones, patrocinios y participaciones de las angelicales criaturas, en la sede central, la Ciudad de México y las subsedes de Chiapas y Quintana Roo.

Por lo pronto el fin de semana, las Misses protagonizaron un soterrado motín, de protesta por las extenuantes jornadas, de seis de la mañana a 11 de la noche a que fueron sometidas. Al cabo de secretas discusiones, Lupita Jones tuvo que resolverlo, proponiendo que los ensayos de la semana, fueran con Misses de utilería, dobles de las concursantes, en los ensayos de la gran noche del lunes 28.

Otro dolor de cabeza para Lupita Jones Garay, Señorita México 1991 y presidenta del concurso en México, fue causado por Rebeca de Alba, ex Señorita Zacatecas, quién se retiró al enterarse de que sólo participaría en un panel. Ella esperaba ser parte del jurado calificador, “pero aquí sí ni modo”, dijo Jones Garay. De Alba lamentó públicamente que no la consideraran como jurado. “Lástima, México no estará en el jurado…”

La APPO ahuyentó a las Misses

El principal responsable de la logística y seguridad del concurso, coronel Humberto Barrera Ponce, cuya autoridad en materia de cuestiones de seguridad es reconocida internacionalmente, habló a MILENIO Semanal de los tour-de-force que sostuvo con tirios y troyanos para mantener condiciones de seguridad necesarias, para las concursantes así como salones, presentaciones, hoteles y rutas; sobre todo para cuidar la imagen de México como anfitrión.

El primero fue con el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien pagó dos millones de dólares para que ese estado fuera subsede. “Imposible. No hay condiciones”, dictaminó el coronel Barrera ante los organizadores, incómodos pues debían de devolver el dinero ya ingresado. “El conflicto de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y los maestros estaba latente. Hicimos evaluaciones de seguridad acuciosas. Detectamos elementos peligrosos, la amenaza de un eventual sabotaje de los apistas, dispuestos a ganar publicidad a toda costa. No podía asumir la responsabilidad en esas condiciones. Así se los dije”. Tuvieron que regresar los dos millones de dólares al gobernador oaxaqueño.

Los patrocinadores oficiales internacionales son: Modas Tadashi, boutique de zapatos Nina, de Nueva York; estéticas Farouk, Modas YMI Jeans, de Hollywood; trajes de baño “bsc internacional”, Mikimoto joyería internacional, The New York Film Academy, Mexicana de Aviación; la famosa cristalería de arte lituana Rogaska, creadora de la estatuilla emblemática del certamen y la relojería Ritmomundo que produce relojes-joya de colección. Sostienen la institución, pero los concursos se cobran aparte.

Por iniciativa de Pedro Rodríguez, un grupo de empresarios mexicanos inició negociaciones con Trump hace dos años para traer el concurso. Pagaron 6.5 millones de dólares, como cuota inicial, por la concesión y aceptaron que fuera supervisado por la organización propietaria, representada por Paula M. Shugart.El coronel Barrera Ponce, ex miembro del Estado Mayor Presidencial y de la Secretaría de la Defensa recuerda:

“No fue fácil para Pedro Rodríguez ni Eric Rider, los promotores más activos. Conseguida la licencia para Miss Universo vinieron complicadas negociaciones para venderlo de manera rentable. Es un negocio.

“Al principio, el imán publicitario de alto impacto que representa la presencia de las estrellas de la belleza femenina, todos dijeron que sí, cuando las fechas se cumplían, las complicaciones aumentaban y el dinero no llegaba”.

Rodríguez y Rider viajaban de un estado a otro en busca de patrocinadores, convenciendo a gobernadores. Fueron tiempos difíciles, Paula Shugart amenazaba cambiar la sede del concurso y llevarlo a Estados Unidos, como permite el contrato, lo que hubiera sido una catastrófico para México, en materia de imagen. El primer gran paso lo dieron cuando la sede fue establecida en la Ciudad de México, con el apoyo del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, quien pagó cuatro millones de dólares iniciales y apoyos adicionales, por casi dos millones más. Otros gobiernos pidieron ser subsedes al enterarse que Oaxaca había sido descartada por falta de seguridad. “Los valoramos cuidadosamente: Querétaro, San Luis Potosí, Guanajuato; no quiero mencionar nombres para no herir susceptibilidades”, dice Barrera Ponce.

Finalmente, los gobernadores de Quintana Roo, Félix González Canto, y de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, entregaron cuatro millones de dólares, dos cada uno, para que sus estados fueran subsedes.

Rosario de complicaciones y caprichos

Las complicaciones surgieron desde que comenzó la organización. En el Distrito Federal Ebrard nombró representante a su directora de Turismo, Alejandra Barrales.

“La señora quería imponer condiciones difíciles que tuvimos que descartar. Quería que las Misses visitaran todas las delegaciones, para que los titulares expusieran sus programas de gobierno.

“Me opuse rotundamente. Se trata de un certamen cultural, artístico, social, pero de ninguna manera político. Me van a disculpar, pero no puedo aceptar esos itinerarios que resultan complicados logísticamente y aventurados en materia de seguridad. El comité estuvo de acuerdo”. Pero Barrales, que fue azafata de Aeroméxico y tiene afecto a esa empresa, se empeñó en que hicieran una visita al aeropuerto, ¡a Aeroméxico! También nos opusimos, Mexicana de Aviación es la aerolínea oficial del evento.

Barrales insistió. Que el hotel anfitrión sea el Sheraton-Centro Histórico. “Tampoco pudimos complacerla, Hoteles Camino Real es también patrocinador oficial…” La señora Shugart, presidenta de Miss Universo, tampoco dejó de poner sus granitos de arena, amenazaba uno día si y otro también cancelar el certamen en México y llevarlo a Estados Unidos.

Lo hizo cuando supo que no habría sesiones fotográficas en los parques arqueológicos de Palenque, Chiapas, ni Tulum, Quintana Roo, como propuso.

OCESA, tras el botín

Superadas las adversidades surgidas en el camino, cuando todo entraba en la fase final, se propuso como escenario el Auditorio Nacional. Saltó a la escena el empresario Alejandro Soberón Kuri, beneficiario de la concesión del Auditorio Nacional y también de Ticketmaster, Foro Sol, Palacio de los Deportes, Teatro Metropólitan, Estadio Azul, para reclamar su rebanada.

Los organizadores tuvieron que conceder todas las prebendas exigidas para asegurar el Auditorio, que Soberón considera feudo personal, como escenario del evento y que su empresa, Ticketmaster, vendiera los boletos para las tres sesiones finales el 28, 29 y 30 de mayo, con precios de cien a 800 pesos, en las diez mil butacas del recinto.

Miss Universo, motor del turismo, Barrales

Pese a que no le cumplieron sus caprichos, Alejandra Barrales reconoce las bondades del concurso. Justifica el pago de 3.5 millones de dólares, aportado por el gobierno capitalino y asegura que “la mayor parte se cubre con patrocinios. Tan sólo la próxima semana se espera una derrama de 35 millones de dólares, en ventas de hoteles y restaurantes”. Como otros países que fueron sede del concurso, también en México habrá más turismo extranjero, y derrama económica adicional. Tailandia recaudó 120 millones de dólares, en 2006.

Acerca del Distrito Federal, dijo que “de los tres minutos de publicidad en sitios turísticos como Xochimilco y Garibaldi, proyectados mundialmente en la transmisión televisiva de la final por NBC el 28 de mayo, sólo eso vale haber traído el concurso a la capital”. Esta semana todo será agitación y nervios en el Auditorio, la gran ceremonia este lunes se iniciará a las 21 horas y se prologará 60 minutos.

Por la “alfombra roja” —como define la cursilería de la prensa rosa— desfilarán 77 reinas de la belleza de igual número de países, en pos de la tiara de Miss Universo, que la hará oficialmente, la “mujer más bella del mundo”.

Desde su llegada a finales de abril, las pobres niñas, cuyas edades van de 18 a 27 años, fueron sometidas a jornadas agotadoras, desde paseos por la Ciudad de México, subastas benéficas, cenas de gala con empresarios, políticos y patrocinadores, hoy todas aseguran estar extenuadas.

El sábado comenzaron los desfiles para la selección oficial. Primero trajes de baño, luego, trajes típicos, en el que la mexicana, Rosa María Ojeda, llamada La Reina Cristera, tuvo que cambiar por un debate nacional: su traje original lucía imágenes de mujeres rezando, campesinos colgados de postes o fusilados, rosarios y cananas con balas de carabina 30-30.

El miércoles tuvieron entrevistas personales con el jurado preliminar, integrado por Fred Howard, modelo estadunidense; Adel Chabbi, estilista francés; Dimitris Margetas, empresario belga; Justin Pasek, panameña Miss Universo 2002; Leigh Rossini, publicista; y la diseñadora neoyorquina, Thuy Tran.

La presencia de 77 concursantes, el menor número desde 2003, entre ellas la Miss de Iraq que participará por primera vez, generará una afluencia que los organizadores estiman en unos 12 mil turistas y mil 800 periodistas del mundo.

Otras bondades y aristas del certamen se conocerán después. Este lunes todo lucirá deslumbrante, para los millones de televidentes a los que se podrá llegar en un total de 150 países. Luego, el lado oscuro saldrá a la luz. Como siempre.

Demanda por 4 millones a mexicanos

El jueves 24 de mayo tronó la castaña. Paula M. Shugart, encendida de cólera, anunció que la firma propietaria del Certamen Miss Universo Internacional presentará una demanda por cuatro millones de dólares, contra los organizadores del evento Miss Universo México 2007 —la firma “MU” que representan oficialmente Pedro Rodríguez y Eric Rider— “por compromisos no cumplidos”.

La noche del miércoles, después de la visita a la primera dama, Margarita Zavala de Calderón, la cruenta, pero encubierta batalla entre ambos intereses, estalló durante un encuentro en una suite del hotel Camino Real.

El abogado Carlos Astudillo, representante de Miss Universo y de Donald Trump, presentará oficialmente la demanda judicial, informó la oficina de Shugart.

La gota que derramó el vaso fue un reclamo de los mexicanos por haber sido marginados de la visita a la residencia presidencial de Los Pinos, por la estadunidense Shugart. Al cabo de 45 minutos de airadas reclamaciones de ambos bandos, Paula Shugart corrió literalmente a los mexicanos.

La señora Shugart, dio órdenes terminantes para que dos mil boletos que los organizadores habían pedido en el Auditorio Nacional, para los invitados oficiales —entre ellos los gobernadores de Chiapas, Juan Sabines; Quintana Roo, Félix González; el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard— y los representantes, delegados e invitados de los países concursantes, no fueran entregados a los organizadores mexicanos.

Éstos, desesperados la noche del jueves, trataban de concertar entrevistas con el presidente Felipe Calderón y el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo. También analizaban la posibilidad de cancelar el evento “por la ambición inaudita de los intereses que representa la señora Shugart”, explicaron.

Fernando Meraz M./ corresponsal/ Foto: AP
www.milenio.com

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