Nuria Fernández
Con sólo 25 años, la modelo venezolana Veruzhka Ramírez cuenta ya con una larga carrera a sus espaldas, ya que lleva trabajando como modelo desde 1997, cuando fue elegida Miss Venezuela. En España es célebre por su participación en una edición del programa La Selva de los Famosos. También es conocida como la cenicienta de la belleza por su origen humilde: “De siempre me llamó la atención la moda, pero lo veía algo inalcanzable ser de un origen muy humilde. Era la muchacha de servicio de una casa a la que un día se le ocurrió pedir un autógrafo a una Miss Venezuela. Ese día empezó a cambiar mi vida. Tenía 17 años”, explica la modelo.
Su belleza latina -pelirroja de piel cobriza y enormes ojos verdes- posee unas medidas de escándalo que le valieron para alcanzar el título de Mejor Cuerpo en sus primeros 50 años del concurso Miss Universo, en el año 1998. “Ir a este concurso y ganar el titulo es duro cuando vienes de un origen humilde. Ser famosa es un privilegio, siempre y cuando hayas hecho las cosas de buena manera, porque con ello se ve el fruto de tus sacrificios en la vida”.
Aquí, en España, las pasarelas de moda -Cibeles, Barcelona o Santiago de Compostela- se la rifan. Verla desfilar es todo un espectáculo. Ha protagonizado diferentes campañas de publicidad y ha sido portada de revistas tan conocidas como Interviú, donde posó desnuda.
Vuelos y más vuelos
El Confidencial compartió con la modelo el día previo a una sesión de fotos y esto fue lo que nos contó: “Mañana tengo una cita de trabajo en Valencia, donde me espera una sesión de fotos para un catalogo de gafas. Mi vuelo sale a las 7:40 de la mañana, así que debo levantarme sobre las 6 de la mañana”.
“Desde el aeropuerto -continúa-, voy directamente a la sesión fotográfica, y, pese al madrugón, tengo que estar tan fresca como una lechuga. Allí me estarán esperando los clientes y el equipo de estilistas. Y, mientras se monta el set fotográfico, a mí me preparan los estilistas”, comenta Veruzhka.
Estas sesiones suelen durar casi todo el día, y sólo se para durante una hora y media para el almuerzo. “Los días de sesión de fotografía son los más agotadores por las posturas que debes adoptar para cada fotografía. El movimiento te suele dejar el cuerpo cansadísimo”.
Normalmente, el regreso de los vuelos suele estar cerrado previamente, puesto que en su agenda diaria no suele faltar algún acto o presentación nocturno. “Es la locura porque tienes que buscar un traje para ese evento. Siempre de punta en blanco, siempre divina. Cansada y con mala imagen, jamás”.
No todos los días son igual de estresantes para una modelo. Cuando el trabajo lo permite, “me puedo levantar más tarde, aproximadamente sobre la diez de la mañana. Entonces, mi labor consiste en realizar ciertas llamadas a la agencia para informarme de los posibles castings. Después, voy al gimnasio a entrenar, tras lo cual regreso a mi casa, donde hago lo mismo que cualquier mujer: las tareas de casa y compartir mi tiempo libre con mi pareja. Ya por la tarde, doy clases como monitora de spining en un gimnasio”.
elconfidencial.com
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