30 dezembro 2005

Senos plásticos y reinas de belleza unen a los venezolanos

Image Hosted by ImageShack.us

Para Yohana Bernal la decisión de agrandar sus senos fue fácil porque muchas de sus amigas ya se lo hicieron, y además porque considera que en Venezuela tener un busto pequeño es un estigma mucho mayor que una cirugía plástica.
"Yo lo veo como algo normal. Es como hacerse unas mechitas en el cabello", comentó Bernal, de 22 años.
En Venezuela, la belleza no es necesariamente algo que viene con los genes: es una actividad que envuelve a una industria, y una obsesión que forma parte de la vida diaria de muchos venezolanos.
Los salones de belleza y spas superan el número de farmacias en el listado telefónico de Caracas.
Las mujeres se aplican maquillaje cuando viajan en el metro, indiferentes a las miradas. Las jóvenes se agrandan el busto como tradicional regalo de 15 años.
Los hombres venezolanos también están inmersos en esa obsesión nacional por la belleza. A fin de tener el aspecto de metrosexual, algunos venezolanos recurren a la depilación, la liposucción, y los implantes de bíceps y pectorales.
Aunque la brecha entre los ricos y pobres en Venezuela puede ser muy amplia, el consumo generado por la belleza es altísimo y creciente en todos los niveles.
Cuando la transmisión de un discurso del presidente Hugo Chávez ante las Naciones Unidas interrumpió por 15 minutos un concurso de Miss Venezuela, cientos de televidentes furiosos en Caracas protestaron con "cacerolazos" desde sus ventanas, haciendo chiflas y lanzando disparos al aire.
En el 2004, los productos de belleza y artículos de tocador generaron 1.100 millones de dólares, de acuerdo con la firma Euromonitor Internacional, que está basada en Londres.
Los venezolanos realizan uno de los mayores gastos per cápita de cosméticos en Latinoamérica, desembolsando cerca de un tercio más que los argentinos, y 43% más que los colombianos, aunque menos que las mujeres estadounidenses y francesas que gozan de altos ingresos.
Al igual que en Estados Unidos, las participantes en los concursos de belleza en Venezuela son cada vez más jóvenes.
Jaiberlyn Sánchez, de 5 años, participó este mes en la competencia de la "Pequeña Modelo de Venezuela", el tercer evento de belleza en el que concursó este año.
Sánchez y sus compañeras de la escuela capitalina de modelaje Garbo & Class practican danza con tacones que las hacen parecer más adultas. Las niñas se entrenan en dicción y movimientos en la pasarela.
Alba Achique, fundadora de la escuela, negó que las niñas estén aprendiendo a valorar la apariencia sobre el intelecto. Manifestó que la belleza es una carrera tan atractiva como cualquier otra.
"Aquí las preparamos para la vida... es una máquina de talento", precisó Achique.
El éxito de unas pocas afortunadas es la esperanza de cientas.
Veruska Ramírez, apodada la "Cenicienta", fue abandonada cuando era una niña, y creció, en medio de gran pobreza, limpiando casas antes de ser Miss Venezuela en 1997 y emprender una carrera como modelo.
La ex Miss Universo Irene Sáez fue alcalde y después candidata presidencial en las elecciones de 1998 en las que triunfó Chávez.
El show de Miss Venezuela es el programa de televisión más visto en el año y un orgullo nacional.
Los venezolanos con orgullo señalan que su país, que es el quinto mayor exportador de crudos del mundo, es conocido en el exterior por tres cosas: el petróleo, las estrellas de béisbol y las reinas de belleza.
Venezuela ha ganado cuatro coronas Miss Universo, cinco Miss Mundo y cuatro Miss Internacional, que representan en total más que cualquier otro país.
Las representantes de Venezuela quedaron, ininterrumpidamente, entre las 10 finalistas del concurso Miss Universo durante 20 años hasta el 2003.
Algunos venezolanos critican la fijación en la apariencia física, que consideran una frivolidad en un país donde más de la mitad de la población vive en pobreza, pero muchos no lo ven de esa manera.
El estar bien y el triunfo son las aspiraciones que frecuentemente están debajo del bisturí.
"Hoy, por lo menos en Venezuela, casi todas las mujeres se quieren operar", señaló el cirujano plástico Isaías Bello, y aseguró que muchas personas de origen pobre ahorran para una operación de embellecimiento. Bello y algunos de sus colegas han propuesto a los bancos proveer financiamiento para las cirugías plásticas.
El agrandamiento del busto cuesta cerca de 2.000 dólares, lo que representa una tercera parte del precio que se paga en Estados Unidos.
La operación para esculpir una nariz sale por 1.500 dólares, lo que constituye poco menos de una décima de lo que cobran los médicos estadounidenses.
La Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica no lleva estadísticas, pero estima que cada año cientos de personas provenientes del Caribe, Norteamérica y Europa, vienen al país para realizarse cirugías cosméticas.
La cirugía plástica es similar a cualquier operación, con riesgos tales como infecciones, reacción a los implantes y cicatrices.
Bernal sostiene que estos riesgos podrían no afectarle sus relaciones sexuales o su habilidad para amamantar. El médico que la operó hizo dos cortes para insertarle una bolsa de silicona en cada seno.
Bernal salió de la operación pálida y sintiendo como que "algo dentro iba a explotar", pero el dolor pasó pronto, y ella se siente ahora más atractiva.
"No me arrepiento para nada ...yo lo haría de nuevo", añadió Bernal.

Texto: univision.com/
Foto: cantv.net - Veruska Ramirez

Nenhum comentário:

Postar um comentário

Quantos?

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

.



Blog criado em 8.8.05. Contagem de visitas desde 19.08.07